Oso yogui 3

Fue una sorpresa llegar temprano y encontrar a la inglesita feliz y contenta esperando. Nos pusimos a hablar y le pregunté si se había sentido mal ayer en la clase de yoga. Ella dijo que no, que ellos toman su gordura como una enfermedad y que por eso él hablaba de que había que eliminarla de cualquier forma, porque es una enfermedad. Yo le dije que si eso pasaba a una americana, ella le hubiera pegado una patada en la cabeza al pobre yogui y le hubiera dicho que es “rude” y que quiíen era el para hablar asi. Si hubiera sido una argentina, la pobre hubiera corrido a llamar a su sicólogo y luego se hubiera suicidado o muerto de anorexia.

Pero cada vez queremos mas a nuestro osito yogui, si me sigo encariñando, me lo voy a llevar en una valija (total cabe dobladito en dos). Sus enseñanzas fueron muy buenas hoy, nos habló de los dos lados del cerebro. Dijo que nuestro lado izquierdo está lleno de actividades, de información y de conocimiento, es el que más usamos y desgastamos. Además dijo que ver televisión, jugar juegos electrónicos o leer es la misma cosa; un entretenimiento pasivo para el lado izquierdo del cerebro; no nos hace descansar y a lo largo solo provoca agotamiento mental. El lado derecho en cambio, es el que tiene toda la parte espiritual y es el que tratamos de motivar cuando meditamos. Pero también dijo, que actividades como mirar una flor, el atardecer, andar a caballo (lo dijo él), y por supuesto sonreír y amar hacen que el lado derecho del cerebro esté usado y fortificado, y que solo eso a la larga es lo que da la felicidad.

Cuando habla con su acento tan fuerte siempre agrega un sonido ch al final: siempre nos ordena: relach, relach, relach! Ahora que hablaba del amor y la felicidad nos decía todo el tiempo: lovch, lovch, lovch! Asique eso les deseo a todos ustedes mucho lovch, pach y mucho relach…